- Las pérdidas no son pérdidas cuando se perciben correctamente.
- El dolor es imposible.
- No hay pesar que tenga causa alguna.
- Cualquier clase de sufrimiento no es más que un sueño.
Ésta es la verdad, que al principio sólo se dice de boca, y luego, después de repetirse muchas veces, se acepta en parte como cierta, pero con muchas reservas.
Más tarde se considera seriamente cada vez más y finalmente se acepta como la verdad.
Puedo elegir cambiar todos los pensamientos que me causan dolor.
Y hoy deseo ir más allá de las palabras y de todas mis reservas, y aceptar plenamente la verdad que reside en ellas.
Padre, lo que Tú me has dado no puede hacerme daño, por lo tanto, el sufrimiento y el dolor son imposibles.
Que mi confianza en Ti no flaquee hoy.
Que acepte como Tu regalo únicamente aquello que produce felicidad y que acepte como la verdad únicamente aquello que me hace feliz.
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